Si Él cuida de las aves…

Si Él cuida de las aves…

Muchas veces hemos visto en las noticias o en la prensa como las crisis de ansiedad golpean a todos por igual. Bien sea por agobios laborales, calendarios de exámenes interminables o situaciones familiares preocupantes, muchas veces nuestros propios pensamientos nos pueden llegar a hacer un nudo en el cuello que nos llega a paralizar.

¿Cómo podré estar triste?

No debemos tomarlo a la ligera, ni ser pueriles a la hora de juzgar las malas pasadas que nos pueden traer nuestros pensamientos. Todos hemos pasado por ese momento difícil. Con este artículo del blog quiero hacer un homenaje a todos los himnos clásicos que las generaciones que nos preceden en las iglesias han cantado para alabar a Dios, para darle gracias o para calmar el alma angustiada en momentos de dificultad.

Mi padre Antonio era un enamorado de los himnos evangélicos. Muchas veces podías encontrarle cantando un himno mientras cuidaba de sus plantas, o cortaba pan para hacer un buen plato de migas. Los himnos y las canciones de la alabanza eran la banda sonora de su vida, y con la gran memoria que tuvo en toda su vida, cantaba los himnos completos con las tres estrofas y el coro. Y como mis padres, Antonio y María, muchos hermanos y hermanas de la iglesia que tienen en sus casas un pequeño himnario verde de tapa dura.

En los últimos tres años de vida de mi padre, cantar himnos fue un momento balsámico que hacía olvidar los efectos del Alzheimer en un cuerpo y una vida curtidos en muchísimas batallas.

¿Cómo podré estar triste?, ¿cómo entre sombras ir?, ¿cómo sentirme solo y en el dolor vivir? ¡Si Cristo es mi consuelo, mi amigo siempre fiel, si aún las aves tienen seguro asilo en Él!

Si veíamos a mi padre triste o preocupado por algo, empezar a cantar esta estrofa en voz alta obraba milagros. Su cara se transformaba en una amplia sonrisa y se unía a cantar contigo a todo pulmón.

Sus ojos están sobre los gorriones y sé que Él cuida de mí

Cantar himnos es un ejercicio terapéutico que os recomiendo a todos. Y cantar acompañado más. Y agradezco a muchos de vosotros que usando las videollamadas de los móviles pudisteis cantar con mi padre y conmigo estos últimos años. No os podéis imaginar el efecto transformador que esos momentos de canciones tenían en mi padre. Quizás no recordaba bien el día de la semana que era, o el año en el que estábamos, pero la letra de los himnos que tanto había cantado estaba grabada a fuego en el disco duro de su fe, en el que el virus del Alzheimer no había hecho mella a sus 89 años de vida.

Este himno es un himno precioso que declara el consuelo y el abrigo que tenemos en Dios. Y la historia de este himno es igualmente preciosa, ya que en 1904 Civila Martin compuso el poema que da letra al himno tras visitar a una amiga suya que estaba postrada en cama por una enfermedad. Su amiga enferma le explicó la confianza que tenía en Dios, quien había prometido que si él puede cuidar de dos pequeños gorriones con todo su cariño aún más la iba a cuidar a ella en su enfermedad.

29 ¿No se venden dos gorriones por una monedita? Sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin que lo permita el Padre; 30 y él les tiene contados a ustedes aun los cabellos de la cabeza. 31 Así que no tengan miedo; ustedes valen más que muchos gorriones.

Mateo 10:29-31

El compositor de himnos Charles Gabriel musicó este poema y creó así el himno His eye is on the sparrow and I know he watches over me, “Sus ojos están sobre los gorriones y sé que Él cuida de mí”, que pasó a ser un himno góspel de fama internacional. Puedes disfrutar de una versión reciente en este video:

https://www.youtube.com/watch?v=H74FBgOZTDw

Ten confianza

Seguro que ya tenéis un buen puñado de canciones de alabanza en vuestra playlist de cabecera para los momentos difíciles. Os animo a incluir himnos clásicos como este que han servido de ayuda a muchas generaciones antes que nosotros. Su música y su letra son bálsamo para el alma. 

Ten confianza: tu vida y tu tiempo están en las manos de Dios, y ni un solo pelo de tu cabeza va a caer si Él no lo ha permitido.

Siempre que estoy tentado
o que en la sombra estoy,
más cerca de Él camino
y protegido voy.
Si en mí la fe desmaya,
y caigo en la ansiedad
tan solo Él me levanta,
me da seguridad.

Coro

Feliz cantando alegre,
yo vivo siempre aquí:
¡si él cuida de las aves
cuidará también de mí!

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