“... gràcies a la fe, comprenem que tot l’univers va ser creat per la Paraula de Déu”
Hebreus 11:3
Nuestra diferencia como iglesia debe ser la misión. La misión de la iglesia
es dar testimonio de Jesucristo con nuestras acciones y nuestras palabras.
El problema del ser humano no es económico, educativo o social, sino que
necesita a Dios. Esa transformación personal no nos la puede aportar
ningún ser humano.
Tres retos para crecer en la misión:
1– Mantener un buen equilibrio entre presencia y proclamación,
entre nuestras acciones y nuestras palabras. Nuestro mensaje no es
popular en una sociedad secularizada; pocos quieren escuchar que
necesitan a Jesús. En cambio, la actividad de la Iglesia está mejor vista, y
más si borramos nuestra condición de cristianos. Nuestra presencia es
positiva, pero por si misma no salva a nadie. Sin palabras no hay buenas
noticias. Pero las palabras sin acción tampoco sirven.
2– No a los recortes de la misión. La invitación va mucho más allá
de nuestro entorno cercano. Cuánto más participamos de la acción
misionera, más bendice Dios la acción local.
¿Cómo crecer en visión misionera?
► Información: ¿qué apoyamos?
► Participación: vínculo personal con la realidad.
► Financiación: donde está tu tesoro estará tu corazón.
► Oración.
3– Acordémonos del poder de Dios para la misión. La Biblia nos
muestra historias de personas ordinarias haciendo cosas extraordinarias por
el poder de Dios.
Predicación del 24 de marzo (jornada de misiones)
Mark Dodrill
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