¿Qué dice la Biblia sobre el maltrato animal?

¿Qué dice la Biblia sobre el maltrato animal?

La grave crisis ecológica que sufrimos actualmente y que pone de manifiesto la irresponsabilidad de una visión económico-utilitarista del mundo, así como la manera injusta de explotar los recursos naturales, evidencia que la relación entre el ser humano y las demás especies de este planeta no ha sido siempre de cuidado inteligente y “mayordomía”, tal como propone el texto bíblico, sino de opresión y maltrato continuado.

La relación entre el ser humano y las demás especies

Creemos que, ante la sensibilidad ecológica contemporánea que se preocupa por los derechos de los animales, métodos de crianza en cautividad, regímenes alimentarios, técnicas de producción, así como por el riesgo de extinción de muchas especies y la consiguiente disminución de la biodiversidad, debemos volver a la Escritura para recordar la perspectiva que ofrece de la creación.

Máxime cuando la ciencia viene anunciando insistentemente los peligros que amenazan a la humanidad, como las epidemias y pandemias de origen vírico, por culpa de los desequilibrios ecológicos provocados por el ser humano.

La naturaleza según la Biblia

Según la Biblia, Dios quiere que el hombre use la naturaleza pero, que no abuse de la misma. Ejercer dominio sobre el mundo natural, sojuzgarlo y señorearse de él (Gn. 1:20-31) implica alimentarse de las plantas y animales que lo constituyen (Gn. 1:29-30; 9:1-3).

No obstante, aunque después del diluvio Dios permitió al ser humano nutrirse también de animales, esto fue algo que se concedió a la humanidad a causa de su pecaminosidad.

Tal como escribe el teólogo bautista, Steve W. Lemke, “el vegetarianismo que se practicaba en el huerto de Edén (Gn. 1:29-30; 2:16) y la profecía de que, en el futuro, los depredadores naturales vivirán juntos y en paz (Is. 11:6-8) sugieren que la condición de carnívoro no es el ideal divino”.[1]

Nuestro papel respecto la naturaleza

La naturaleza no es propiedad de los seres humanos sino de Dios (Lv. 25:23; Sal. 24:1; 50:10-11). Por tanto, se trata de administrar algo que no nos pertenece y de hacerlo respetando el orden con que todas las cosas fueron creadas.

Cuando se viola dicha estructura ordenada divinamente sobrevienen graves calamidades. De ahí que el maltrato animal o de los ecosistemas naturales sea rechazado por el creador que lo hizo todo con sabiduría.

La Escritura afirma que los seres humanos tenemos la obligación moral de tratar también con sabiduría y bondad a los demás seres vivos de la creación. Las leyes dadas por Dios a Moisés prohibían la crueldad hacia los animales (Dt. 22:1-10; 25:4) y se consideraba justa a la persona que no los maltrataba: 

“El justo cuida de la vida de su bestia. Mas el corazón de los impíos es cruel”

Proverbios 12:10.

De manera que la Biblia no apoya el maltrato animal.

Notas

[1] Lemke, S. W. 2011, “¿Declara la Biblia que los animales tienen derechos?”, en Biblia de Estudio de Apologética, Holman, Nashville, Tennessee, p. 283.

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