Cuida tus pensamientos

Cuida tus pensamientos

Estas fiestas han sido un poco raras. Muy diferentes a las de otros años. ¿Os han dicho esta frase cuando os habéis encontrado con alguien últimamente y os han felicitado el año nuevo? Yo sí. Y es más, también la he dicho. 

Overthinking

Cuando nuestra realidad y nuestra rutina familiar, incluso nuestras celebraciones navideñas, se ven afectadas por los contagios, las noticias o las restricciones, nos invade un sentimiento de desazón bastante generalizado. Los parámetros de nuestra “normalidad” cambian, y a veces nos quedamos sin los referentes que nos hacen sentir seguros en nuestra vida. El ambiente se pone raro.

Es muy frecuente en tiempos difíciles dejar que nuestra imaginación se desboque y nos lleve a pensar en situaciones difíciles y posibles escenarios de lo que pasaría si… ¿Y si…? Estas dos minúsculas palabras son el trampolín por el que avanzan nuestros pensamientos y nos llevan a escenarios poco halagüeños que nos hacen pensar en lo peor.

Nuestro cerebro inteligente, nuestra imaginación, nuestra capacidad creativa que nos diferencia del resto de los animales puede hacernos crear obras de arte. Pero también la capacidad de imaginar lo que podría pasar en determinadas circunstancias nos puede enmarañar el pensamiento y nublar el día a día con perspectivas nefastas. Y lo confieso, me pasa, y me pasa más de lo que me gustaría.

La lengua inglesa tiene una palabra para describir esta acción: overthink. La traducción sería “pensar demasiado”, pero añadiéndole un punto negativo, que nos lleva a la preocupación. 

La analogía en el mundo culinario sería “overcook” o cocinar en exceso. Y aquí todos apreciaréis la imagen de un risotto cocinado al punto o un risotto pasado, casi incomestible. Salomón nos da un proverbio que ilustra esto a la perfección, y la traducción de la Biblia Palabra de Dios para Todos lo expresa de una manera muy clara: 

“Ante todo, cuida tus pensamientos porque ellos controlan tu vida”. Proverbios 4:23

Nuestros pensamientos guardados en Jesús

Todos pensamos demasiado, a veces en exceso, pero, del mismo modo que en un día nublado algunas nubes se deshacen y se abre un resquicio de cielo por el que pasan los rayos de sol, también nuestros pensamientos se pueden abrir y dejar pasar las palabras de Pablo a los Filipenses:

«Nada debe angustiaros; al contrario, en cualquier situación, presentad a Dios vuestros deseos, acompañando vuestras oraciones y súplicas con un corazón agradecido. Y la paz de Dios, que desborda toda inteligencia, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos por medio de Cristo Jesús».

Filipenses 4:6-7

 

¿No os parece una imagen reconfortante ver nuestro corazón y nuestros pensamientos guardados en Cristo Jesús?
 

¿En qué debemos pensar?

Y cuando tenemos la mirada puesta en los rayos que brillan entre las nubes de tormenta, Pablo nos regala una lista de cosas en las que pensar. Largo y tendido, imaginándolas, reflexionándolas y saboreándolas:

«Por último, hermanos, considerad bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio. Poned en práctica lo que de mí habéis aprendido, recibido y oído, y lo que habéis visto en mí, y el Dios de paz estará con vosotros».

‭‭Filipenses‬ ‭4:8-9

 

En esto sí que debemos pasar tiempo y recrearnos con nuestros pensamientos, en lo bueno, lo amable, lo verdadero, en lo excelente y digno de alabanza. 

Aparta los ojos de los nubarrones y mira los rayos de sol. Algo empezará a cambiar y posiblemente, las nubes pasen. Y si cae una tormenta, piensa que las tormentas pasan, así como las etapas complejas de la vida pasan. 

Un último versículo de Proverbios 16:3: 

“Encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados”.

 

No olvides nunca esta promesa de Dios, y recuerda esto: Dios siempre cumple sus promesas.

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