Jesús y las aves oportunistas

Jesús y las aves oportunistas

Desde los orígenes de la agricultura, ciertas aves han venido suponiendo un inconveniente para los labradores, ya que se comían buena parte de las semillas que estos esparcían sobre los campos.

Problema de las aves oportunistas en la agricultura

A pesar de los avances tecnológicos, todavía hoy es fácil observar como bandadas de estorninos se posan sobre los campos y se nutren de los granos recién esparcidos por el sembrador. Lo mismo hacen grullas, cigüeñas, gorriones, cuervos, palomas, patos, gaviotas y garzas, entre otras muchas especies.

El recurso a los populares espantapájaros no siempre resulta eficaz. Aunque en la actualidad se empleen otros métodos más sofisticados para ahuyentarlos —tales como detonaciones periódicas, discos gramofónicos que emiten quejidos de aves al ser atrapadas, etc.— el problema de la rapiña avícola no es tan fácil de solucionar.

La parábola del sembrador y su relación con las aves

A esto es precisamente a lo que se refería el Señor Jesús en la parábola del sembrador: “Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron” (Mt. 13:4).

El Maestro usó ejemplos de las costumbres propias de la vida campesina para ilustrar sus enseñanzas. Muchas de sus parábolas tenían que ver con detalles comunes que los oyentes entendían bien.

Incluso es posible que mientras Jesús les hablaba hubiera labradores sembrando en los campos próximos, pescadores faenando en las aguas del mar de Galilea o bandadas de pájaros revoloteando detrás de los manojos de semillas lanzados al aire.

¿Quiénes son en realidad estos demonios alados que devoran las semillas del reino de Dios para que no germinen en los corazones humanos? El propio Maestro les explicó a sus discípulos que “cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón” (Mt. 13:19).

De modo que el diablo (el malo) es como un oscuro pajarraco capaz de sustraer la palabra sembrada en el recién convertido.

A veces, semejante acción diabólica se lleva a cabo por medio de personas escépticas que ridiculizan la creencia, se mofan de la fe cristiana o la difaman abiertamente.

De ahí la necesidad de cuidar y estar cerca de los neoconversos en su desarrollo espiritual. Todo recién convertido debería ser educado en la defensa lógica o racional de su fe, no solo en el desarrollo de la emotividad y los sentimientos.

Reflexiones sobre las aves oportunistas y la responsabilidad humana

Quizás podría pensarse que las distintas especies de cuervos significaban para los hebreos la personificación animal de tan maléfico ser.

Sin embargo, estas aves oportunistas están diseñadas para vivir y nutrirse tal como lo hacen. Ellas no son culpables de nada y no tienen responsabilidad alguna, puesto que son animales irracionales.

Aunque eran consideradas impuras por el pueblo de Israel, fueron usadas por Noé después del Diluvio para averiguar dónde había tierra seca. Lo cual demuestra un instinto admirable. En varias ocasiones se indica que Dios cuida de ellas (Job 38:41; Sal. 147:9; Lc. 12:24) y también fueron empleadas por el Creador para alimentar al profeta Elías (1 R. 17:4-6).

Dios puede utilizar para sus propósitos a criaturas de su creación y ponerlas como ejemplo a los seres humanos.

Sin embargo, las personas que gozamos de libre albedrío somos las que verdaderamente tenemos responsabilidad de nuestros actos delante de Él. Y algún día se nos pedirá cuentas de lo que hemos hecho con todas esas semillas que a lo largo de la vida fueron esparcidas sobre nuestra alma.

Article publicat originalment a Protestante Digital, el 12 d'ctubre de 2023.

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