Recuérdame

Recuérdame

Hace cinco años los estudios de animación Pixar nos sorprendieron nuevamente con la película Coco, donde nos hacían un retrato de la festividad mexicana del Día de los Muertos, y nos dejaba una entrañable oda al recuerdo de los que se han ido y al poder de los recuerdos que se desvanecen en las personas enfermas de Alzheimer

Miguel y Coco

El pequeño Miguel ayuda a su abuela Coco a recordar a su padre con la canción Recuérdame, que acabó ganando el Oscar de la Academia a mejor canción. Seguro que recuerdas la melodía, ¿verdad?

Recuérdame
Aunque tenga que emigrar
Recuérdame
Si mi guitarra oyes llorar
Ella con su triste canto te acompañará
Hasta que en mis brazos estés
Recuérdame

Un recuerdo emocionante

Me gustaba la canción, porque es el momento más emocionante de la película al final, pero me impactó cuando en un culto de Santa Cena, Oscar García la tocó al piano con una sencillez y una sensibilidad que llegaba al alma. 

Porque en ese momento estábamos recordando el acto de amor más grande de la historia de la Humanidad: el sacrificio de Jesús en la cruz por los pecados de todos nosotros. 

Somos una sociedad con tendencia al olvido, y es una lástima. Y por ello me gustaría reivindicar el poder de la memoria por las grandes cosas que han sucedido en nuestras vidas, y qué mayor cosa que nuestro encuentro personal con Jesús, gracias a la obra de la cruz. 

La Cena del Señor

La cruz no fue algo bonito ni agradable. No fue fácil. Fue una muerte que pagó mis pecados y los tuyos. Y como tendemos a olvidar, y como Jesús nos conocía antes de aquel acto de amor, instauró la Cena del Señor. 

«Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y después de dar gracias, lo partió, y dijo: «Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí». Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, y dijo: «Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebáis, en memoria de mí». Así pues, todas las veces que comáis este pan y bebáis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.»

‭‭1 CORINTIOS‬ ‭11:23-26‬ ‭RV2020‬‬

Haced esto en memoria de mí.

Qué momento tan grande y tan sencillo a la vez, y cuánto simbolismo en el partimiento del pan y en la copa de vino. Nuestra memoria es frágil, como la de la abuela Coco, pero un sencillo gesto al celebrar la Santa Cena nos lleva de nuevo a los brazos del Padre que lo ha dado todo por nosotros, sus hijos. Un padre que ha dado la vida por los suyos.

La muerte fue vencida 

Los expertos en aprendizaje y en los mecanismos de la memoria sostienen que las ideas expresadas con palabras se olvidan fácilmente. Sin embargo, aquellas ideas que se transmiten con palabras pero que están asociadas a una imagen perduran en la memoria. 

El cuerpo partido y la sangre vertida en la cruz es una imagen tan potente y arrolladora que cuesta olvidar. Y por eso es importante celebrar la Santa Cena y evocar una y otra vez que la Palabra se encarnó y dio su vida por todos nosotros en la cruz. Pero la muerte fue vencida en la resurrección y aquí viene el final feliz.

«Y tomando la copa y habiendo dado gracias, se la pasó diciendo: —Bebed de ella todos, porque esto es mi sangre del nuevo pacto que por muchos es derramada para perdón de los pecados. Os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.»

‭‭MATEO‬ ‭26:27-29‬ ‭RV2020‬‬

“Hasta el día que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre”. ¿No os parece una promesa digna de recordar una y otra vez?

En un mundo donde las buenas noticias escasean, el recuerdo de la vida eterna en la casa del Padre nos debe animar a seguir firmes en el Señor.

Porque no fue sencillo.
Porque no fue fácil.
Porque costó un gran precio.
Porque costó una vida.
Y por ello no nos debe costar recordarlo una y otra vez.
Recuérdale. 
Recuerda a Jesús cada día.

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