El perro es el mejor amigo del hombre

El perro es el mejor amigo del hombre

Cada vez que miro como juega mi nieto con su pequeño perro salchicha, un tekel negro o dachshund alemán​​ —llamado mucho más familiarmente “Paco”— me convenzo de la famosa afirmación de que el “canino es el mejor amigo del ser humano”.

Se persiguen, esquivan y esconden detrás de los muebles. Cuando Paco muerde un juguete, se lo lleva velozmente y no quiere soltarlo, aunque el niño tire con fuerza del mismo.

Si este pierde interés en el juego y se embelesa con otra cosa, el can se le acerca silencioso y le deja el objeto perseguido en el suelo junto a él, con la evidente intención de tentarle a proseguir el juego.

Al quedar Bruno vencido por el sueño sobre el sofá, pronto se oye también la pausada respiración del perro, durmiendo enroscado junto a los pies del niño.

Diseñados para ser compañeros

Es una relación perfecta de entendimiento que se repite cada día y sugiere la idea de que estos animales parecen diseñados para ser compañeros y ayudantes de las personas. Ningún otro animal presenta tantas afinidades con los seres humanos.

Actualmente la Federación Cinológica Internacional [1] reconoce la existencia de al menos 400 razas de perros por todo el mundo.

Sin embargo, este número va aumentando de año en año debido a la selección artificial de rasgos y mutaciones nuevas, practicada por el ser humano. Semejante microevolución constituye una evidencia de la riqueza genética que poseía la especie canina original.

Los perros en España y en el mundo

En España, después de la pandemia del coronavirus, se ha disparado la adquisición de mascotas, y concretamente el número de perros registrados ha aumentado un 38 % en los tres últimos años.

Según la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía, en los hogares españoles habría ya unos 9,3 millones de canes. [2] El doble de mascotas que de niños.

En otros países, como en los Estados Unidos, viven 77 millones de perros, lo que supone 1,6 en cada hogar. El número de personas en el mundo superó los 8.000 millones durante el mes de noviembre del 2022, mientras que los perros se acercan a los mil millones.

¿Por qué tienen tanto éxito estos animales entre los humanos?

Probablemente porque están genéticamente programados para estimar incondicionalmente a sus dueños. Son capaces de protegerles ferozmente ante los extraños y no tienen reparos en mostrar siempre su afecto.

Se comportan con lealtad, son obedientes, entrañables y pueden trabajar incansablemente si se les enseña. Es verdad que a veces algunos ejemplares de determinadas razas consideradas potencialmente peligrosas, como los pitbull, atacan a las personas, pero todo tiene que ver con la mala crianza o educación de estos perros.

Si no se les ha socializado correctamente pueden dar rienda suelta a alguna tendencia genética agresiva. No obstante, según los expertos, esto es casi siempre responsabilidad humana.

Los perros y las personas han venido siendo compañeros desde la historia más antigua que se haya registrado.

En la edad de piedra, muchos canes eran enterrados junto a sus propietarios cuando estos fallecían, hace más de 10.000 años. Es evidente que tal práctica tenía motivaciones religiosas y pretendía que los dueños se pudieran llevar sus perros al más allá.

Las dudas de los creyentes

Todavía hoy muchos creyentes se preguntan si sus mascotas irán al cielo. Según el actual pontífice católico de Roma, el papa Francisco, existe un paraíso para los animales [3], porque todo ha sido creado por la mente y el corazón de Dios y, por tanto, todo será también partícipe de su gloria final.

Sin embargo, como la Biblia no dice nada concreto al respecto, se trata de una cuestión que permanece abierta.
 

Los beneficios para los humanos

Se ha señalado que tener un perro proporciona varios beneficios para la salud humana de sus dueños. A largo plazo, el trato con estos animales puede reducir la presión arterial y el colesterol del cuidador, ya que le obligan a realizar ejercicio físico cada día.

Cuando se les acaricia frecuentemente, se reducen los indicadores cardiovasculares, conductuales y psicológicos de la ansiedad, así como el estrés humano. Algunos perros bien entrenados son capaces de detectar tumores en las personas.

Entienden las emociones humanas, ya que pueden procesar las palabras que se les dicen y la entonación de las mismas. Poseen cierta empatía con sus dueños y se contagian de su felicidad o de su estado de ánimo triste.
 

El mejor amigo

Reconstrucción artística de Hesperocyon, pequeño carnívoro del tamaño de un zorro que vivió en América durante el Oligoceno y principios del Mioceno. Se cree que fue uno de los primeros cánidos de donde habrían evolucionado todos los demás. / Dixon, D., Cox, B., Savage, R. J. G., & Gardiner, B. 1991, Enciclopedia de dinosaurios y animales prehistóricos, Plaza & Janes, Barcelona, p. 220.

 

Algunos pediatras recomiendan a los padres de niños nerviosos o con determinados síndromes neurológicos que adopten un can en casa, pues esto les relaja y mejora su estado anímico, así como su autoestima.

También muchas personas mayores que viven solas encuentran compañía y un cariño especial en su perro. Algo que les ayuda a sobrellevar mejor la soledad.

Un olfato singular 

Como es sabido, el perro posee un olfato singular muchas veces superior al nuestro. Esto se debe a que poseen órganos especiales de los que nosotros carecemos. Cuando inhalan el aire, lo dividen en dos corrientes por medio de sus cornetes nasales.

Una corriente entra directamente en los pulmones para permitir la respiración, mientras que la otra llega a la membrana olfativa y allí es procesada por células especiales que captan las moléculas del olor.

A diferencia de los humanos, los perros tienen un órgano vomeronasal u órgano de Jacobsen encima del techo de la boca que detecta feromonas u olores corporales. Esto les permite identificar a cada persona o a otros animales sin siquiera verlos directamente.

Pueden aumentar su capacidad olfativa inhalando y exhalando más de prisa, es decir, olfateando. Su gran memoria olfativa les permite reconocer a otros perros u otras personas, aunque haga años que no los han visto. Incluso pueden usar su olfato para establecer secuencias temporales.

Es decir, al detectar distintas concentraciones de moléculas en el ambiente, olores más o menos intensos, saben cuánto tiempo ha podido pasar desde que se emitió el olor y gracias a esto son capaces de seguir rastros humanos o de otros animales.

El origen del perro

La zoología considera que el perro (Canis familiaris o Canis lupus familiaris, según se considere una especie por derecho propio o una subespecie del lobo), es un mamífero carnívoro de la familia de los cánidos.

Quienes creen que se trata de una subespecie doméstica del lobo lo hacen en base a la comparación de los mapas genéticos de ambos grupos actuales. La composición del ADN de lobos y perros es casi idéntica y solo difieren en unos once genes fijos.

La mayor parte de los rasgos que los diferencian están controlados por unos pocos genes.[4] Ambas especies son tan parecidas que incluso se confunden en ocasiones y en algunos países se suelen sacrificar miles de lobos salvajes creyendo que son perros abandonados.

Por tanto, es posible que los perros desciendan de los lobos, pero ¿de dónde vino el lobo?

La paleontología cree que los primeros cánidos se originaron en Norteamérica, durante el Eoceno, hace unos 45 millones de años. Los fósiles encontrados demuestran que desde entonces apenas han cambiado.

Se especula que los lobos, así como el resto de los cánidos, podrían haber descendido del animal fósil denominado Hesperocyon, un pequeño carnívoro del tamaño de un zorro, que se cree vivió en América en esa época. [5] [6]

No obstante, cuando se observa la reconstrucción artística de dicho animal recuerda más el aspecto general de una gineta que al de un perro, y desde luego da la impresión de estar perfectamente adaptado a su medio ambiente y no a medio camino entre especies diferentes.

Este fósil no ayuda mucho a comprender la evolución de los perros a partir de los no perros. No se trata de un fósil intermedio. Si se ha escogido como antepasado de los cánidos es evidentemente porque no existe otro fósil mejor a mano.

De manera que nos encontramos ante el problema recurrente de la escasez del registro fósil y las lagunas sistemáticas entre los grandes grupos animales.

Aunque existen varias teorías al respecto, tampoco se conoce cómo llegaron a domesticarse los perros.

Se ha sugerido que algunos lobos pudieron acercarse a los basureros humanos buscando alimento y así, poco a poco, se acostumbraron a los humanos hasta que fueron acogidos como mascotas o animales domésticos.

Es posible, pero lo que sí sabemos es que el ser humano y el perro han sido compañeros desde los tiempos históricos más antiguos y lo continúan siendo todavía hoy.

Conclusión

En mi opinión, los perros fueron diseñados para acompañar al ser humano y lo han venido cumpliendo a la perfección.

Son animales únicos que han desempeñado un papel fundamental en la historia humana y lo siguen haciendo. Las teorías sobre su origen y supuesta evolución son muy especulativas, ya que se basan en fósiles de canes extintos, de los que existen muchos tipos, pero todos perfectamente desarrollados y adaptados a su medio ambiente.

 

1. https://www.fci.be/es/Nomenclature/varietes.aspx

2. https://www.informacion.es/medio-ambiente/2023/01/09/espana-suma-15-millones-mascotas-68542763.html

3.  https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2014-11-28/los-perros-van-al-cielo-el-papa-insinua-que-el-paraiso-esta-abierto-a-los-animales_511788/

4.  Ratliff, E. 2012, What Digs Tell Us: The ABC of DNA, National Geographic, February, pp. 34-51.

5.  Wang, X. and Tedford, R. 2008, Dogs: Their Fossil Relatives & Evolutionary History, New York, NY: Columbia University Press.

6. Dixon, D., Cox, B., Savage, R. J. G., & Gardiner, B. 1991, Enciclopedia de dinosaurios y animales prehistóricos, Plaza & Janes, Barcelona, p. 220.

 

Article publicat originalment a Protestante Digital, el 14 de març de 2023.

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